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23 de diciembre de 2013

Un fuego para las noches largas


Este es todo el fuego que necesito para la noche más larga, y para todas las noches largas que habrán de llegar.  Aquí está todo el calor, toda la luz que requiero para volver a poner en marcha un Universo cuando el que ahora habito se apague, y desfallezca, y se rompa como un cascarón o se desprenda como una vieja piel, y abra paso a lo nuevo... Lo nuevo que siempre llega, una y otra vez, del mismo modo que las olas alcanzan la playa.

Este fuego contiene todo cuanto necesito; es una semilla sembrada en el Reino Bajo Tierra, cobijada por el manto denso de lo oculto, nutrida por los restos de lo que un día fue y ya no será más.

Volverán las primaveras, los veranos, los otoños, y los mismos inviernos a desfilar, majestuosos, por bosques y campos, con trajes bordados de dorado calor o plateado frío, con coronas de flores pálidas, de hojas verdes o rojizas, con cetros de ramas ornadas de rocío o escarcha... Pero bajo su paso regio esta humilde llama - nacida de lo imprevisto, pero hija de un fuego más antiguo que las propias estaciones-, permanecerá dando aliento y latido desde la profundidad insondable de la que emerge, como de una fuente inagotable, la confianza capaz de mirar al miedo a los ojos y desterrarlo con una sonrisa. 

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